18 MAY 2015.- Los argentinos con capacidad de ahorro dejaron de lado en lo que va de 2015 la propensión al gasto al que fueron impulsados por el modelo económico y, temerosos, pasaron a privilegiar la conservación de su dinero. En los últimos meses, 1,5 millones de personas hicieron unaoperación de plazo fijo y/o una compra de dólares a través del mercado oficial con fines de atesoramiento, una vocación de ahorro que no se veía hace años.
Así, mientras las ventas de bienes durables en general (empezando por los autos) caen o se mantienen estancadas, en el primer cuatrimestre del año muchos argentinos dejaron de lado su traje de consumidores y se pusieron el de ahorristas: dedicaron más de 33.000 millones de pesos a inversiones destinadas a preservar el valor de su dinero.
El dato singular es que volcaron fondos prácticamente equivalentes a la adquisición de dólares para tenencia y a la constitución de plazos fijos bancarios: $ 16.585 millones y $ 16.508 millones, respectivamente.
“Esto marca una clara ruptura respecto de 2014, cuando por cada peso volcado a un plazo fijo se aplicaron casi tres ($ 2,91) a la compra de dólar ahorro. Esa relación quedó ahora uno a uno y restó combustible al gasto y al consumo”, analiza el director de la consultora AMF, Andrés Méndez.
En su opinión, las razones de este cambio hay que buscarlas en la estabilidad de la cotización del dólar oficial -y la promesa de que se va a mantener- y en el descenso del paralelo [el promedio del dólar blue en abril fue 13,8% inferior al que mostraba en septiembre de 2014]. “Eso se combina con el ajuste al alza obligado en las tasas que los bancos pagan por los plazos fijos, que dispuso a comienzos de octubre el Banco Central”, sostiene.
“Hay que tener en cuenta que si alguien hubiera invertido en octubre en un plazo fijo en lugar de adquirir dólar blue, hoy tendría un retorno nominal de 14%, a lo que se adicionaría que el blueretrocedió $ 2,90 entre principios de octubre y fines de abril. En resumen, podría adquirir un 40% más de dólares que a los que hubiera accedido siete meses antes”, explica Méndez, en referencia al boom de plazos fijos.
En paralelo, dice que las compras de dólar oficial baten récord mes a mes “porque aún predominan las expectativas sobre una próxima corrección en el tipo de cambio y porque el dólar, al ajustar poco su precio el BCRA, se abarató frente a otros precios de la economía. Por ejemplo, en terminos constantes, en abril adquirir un dólar para atesorar resultó 15% más barato que hacerlo en febrero de 2014, cuando la operatoria era novedosa”.
Los analistas dicen que la preferencia por el ahorro frente al gasto surgió ante un cambio radical en los estímulos “oficiales”. Y surgió porque, en su afán por reprimir consumos que le generaban a la economía un drenaje importante de divisas (como la compra de automóviles importados) el Gobierno debió habilitar opciones de ahorro en moneda que años atrás desalentaba. Incluso algunos, como el especialista en consumo y presidente de la consultora W, Guillermo Oliveto, cree que, en realidad “lo que cambió fue la forma elegida para ahorro”. “La gente antes ahorraba comprando electrodomésticos o autos. y ahora se queda con el dinero e intenta hacerlo rendir”, argumenta.
Su colega Damián Di Pace, especialista en consumo y asesor de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), entiende que ese vuelco fue favorecido porque hay algunos componentes más. “Cambiaron las perspectivas de la economía”, dice. “Hoy la gente evita endeudarse a largo plazo porque no sabe si la economía que viene le va a dejar pagar esas deudas que contraiga. Los argentinos saben que, tras una elección presidencial, siempre viene algún tipo de ajuste, y lo que intentan es que eso no los tome por sorpresa”, explica.
Para Di Pace, incluso, hay una estadística reveladora. “Si se sigue el programa Ahora 12, se ve que vuelan los pequeños gastos pero las ventas de electrodomésticos no remontan. Llegamos a un punto en que pareciera que la gente dijera ‘tengo que preservar lo que tengo y reponer sólo lo que haya que reponer”, dice. Y acota que en parte eso pasa porque hubo muchas familias “que se estoquearon bien de electros en los últimos años”.
Para Oliveto, se observa una rápida adaptación que, por distintas razones, tiene el argentino promedio a este tipo de estímulos. “Es muy cortoplacista y siempre predispuesto a aprovechar estas ventanas de oportunidad”, dice. “La clase media está carcomida por la inflación y el impacto de Ganancias – explica-. Eso los pone muy atentos a los movimientos que se puedan hacer para recuperar algo de lo que sienten que les quitan”, insiste, para introducir que, a su criterio, este cambio de conducta se da por modificaciones en las condiciones objetivas. “Recordá que pasamos de un dólar prohibido y tasas de plazos fijos fuertemente negativas a otro escenario de dólar ‘permitido’ y tasas neutras en pesos, pero muy rentables en dólares. En paralelo, los precios de los bienes más asociados al dólar se encarecieron, por ejemplo, por la aplicación de impuestos como en el caso de los automóviles. Por eso los argentinos dejaron de gastar para atesorar por la vía más tradicional”.
Los economistas más ligados a las finanzas coinciden en que hay una reacción a los estímulos. “La clave está en la combinación de un dólar quieto con tasas mejoradas, de lo que resultó una bicicleta pura para tratar de obtener más renta en dólares”, dice el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella Juan José Cruces. “Y el que le entregó un seguro de cambio virtual a los ahorristas es el propio Alejandro Vanoli [presidente del BCRA], quien reitera cada vez que puede que en 2015 el plazo fijo le ganará al dólar”, recuerda.
Méndez, por su parte, dice que los números corroboran la mirada de Oliveto. “Si comparás la ventas de autos entre el primer cuatrimestre de 2013 y el del año en curso, te da un ahorro en gasto que ronda los $ 15.000 millones, y fue el que alimentó la demanda de dólar ahorro y la imposición de plazos fijos”, dice. Incluso recuerda que los precios de los autos alemanes se encarecieron en ese lapso “más del 100% en dólares”, impulsando en buena medida ese arbitraje.
Para Méndez, la tendencia ascendente del plazo fijo convive con el récord en la demanda de dólares, porque los ahorristas “no se sacan el verde de la cabeza. Buscan aprovechar su capacidad para ahorrar en dólares a las cotizaciones oficiales y, paralelamente, mejoran su posicionamiento en depósitos a plazo pero con la vista en los elevados retornos en dólares que podrían tener, lo que preanuncia un futuro pasaje a esa moneda que podría darse por el mercado paralelo”, advierte.
Cruces coincide con esa mirada. En especial porque “si hubiera real confianza en el peso tendríamos un alargamiento en los plazos de los depósitos que hacen los ahorristas, y lo que tenés es al grueso de los minoristas colocados con dinero a vencer en 30 o 60 días, como calzados con la temporada alta de liquidación sojera”, observa, para concluir que, “por ahora, la codicia le está ganando al miedo. Lo que no puedo asegurar es hasta cuándo”/ lanacion.com.ar