11 Ene 2017 – Al compás de una caída del crédito a nivel general en el sistema financiero, los hipotecarios cerraron el año pasado con una fuerte baja en términos reales. Mientras la inflación superó el 40% anual, los préstamos a la vivienda crecieron apenas un 9%, lo que presenta una merma de 31%.
Pese a los esfuerzos oficiales por apuntalar los créditos hipotecarios los préstamos de Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) atados a la evolución de los precios y una línea vinculada al costo de construcción construcción la demanda continuó siendo pobre, en un contexto de inflación alta, caída de actividad y altas tasas.
Sin embargo, en los últimos meses del año se observó un incipiente avance los préstamos atados al CER que puede resultar una señal de repunte de este tipo de instrumento en 2017.
“Los préstamos hipotecarios representan menos del 7% del stock total de los préstamos en pesos, lo que claramente demuestra que no tenemos un mercado de hipotecas en la Argentina”, afirmó Juan Ronderos, economista de la consultora ABECEB. “En una economía donde se desaceleraron los prestamos, una de sus líneas, que tiene un muy bajo porcentaje, volvió a caer: un 30% en términos reales para los créditos en pesos y otro 30% para los préstamos en dólares”, detalló.
Para Gabriel Caamaño Gomez, de Consultora Ledesma, hay varios factores que explican la mala perfomance de la financiación a la vivienda. “Tenemos un sistema financiero donde el 90% de los depósitos son de entre 30 y 60 días. Con esta estructura de depósitos tan cortoplacista, resulta difícil para los bancos prestar a tan largo plazo y con una tasa fija” dijo y agregó: “Si bien los bancos hacen las ofertas, por un lado hay requisitos de ingresos que son necesarios cumplirlos; por otro, los montos que se prestan tiene que ser significativos para poder acceder al inmueble que el tomador de crédito está buscando según su nivel socioeconómico”.
Los analistas celebran la creación de los préstamos de UVA, que hasta fines de 2016 representaron $2100 millones en colocaciones. “El comentario de los bancos es que es impresionante la demanda que hay de préstamos hipotecarios UVA, aunque ese nivel muy alto de consultas y pedidos todavía no se traduzca en operaciones concretas”, dijo Rintondale. “Sin duda, son un atajo en un sistema donde los créditos a la vivienda son casi nulos y que han dado buenos resultados en otros países para crear una moneda que sea capaz de prestar a largo plazo”, añadió.
En ese sentido, Eric Ritondale, de Econviews, destacó: “A principios del año pasado, el mercado de hipotecarios no estaba muy dinámico, pero desde la segunda mitad de 2016, cuando la inflación comenzó a mostrar signos de desaceleración, los préstamos UVA comenzaron a tomar impulso y están creciendo mes a mes por encima de la inflación”.
Como contracara de esta misma historia, los depósitos en UVA claves para generar el fondeo de este tipo de financiación aún no terminan de despuntar. Para Ritondale se debe “a que los bancos aún los ofrecen en un segundo plano”.
Ronderos coincidió: “Todavía hay una falta de interés para captar este tipo de depósitos por parte del sistema. En la medida en que los bancos registren una mayor demanda potencial, van a comenzar a plantearse como conseguir este fondeo atado a UVA necesario para no sufrir un descalce”, dijo. “Cuando se normalice la curva de incentivos, los créditos se van a abaratar y a la vez una menor inflación permitirá una estructura de depósitos más larga”, afirmó Caamaño./cronista.com.ar