20-MAR-2014 Mientras miran de reojo el cierre de la paritaria metalúrgica y la letra chica, los principales directores del área de recursos humanos reconocen que más allá del porcentaje que finalmente se otorgue en cada sector el tema del Impuesto a las Ganancias sigue siendo un factor de malestar dentro de las empresas.
Si bien es un tema que está fuera del Gobierno de las compañías advierten que afectan ahora a casi el 60% de los empleados bajo convenio. El dato emergió de un encuentro reservado entre un grupo de ejecutivos del área convocados por el grupo Hidalgo para analizar el panorama del mercado de trabajo.
Ocurre que la mejora nominal de los salarios para recuperar poder adquisitivo o empatarle a la inflación esperada termina desdibujada porque al final de cuentas el impacto del pago de Ganancias se lleva gran parte del ajuste salarial otorgado e incluso pega de lleno en los recibos de los empleados de empresas que tienen política de pago de bonos, por reconocimiento o mérito. Por ello, como las empresas nada pueden hacer frente a esta situación y con el fin de atemperar el malhumor de sus dotaciones lo que están haciendo es poner a disposición del personal, asesores contables e impositivos y hasta legales, primero para que entiendan cómo les afecta el impuesto y que la compañía depende de que el Gobierno decida revertir la problemática actualizando los mínimos no imponibles.
Es más, la mayoría reconoce que tampoco pueden implementar políticas compensatorias porque temen caer en alguna práctica ilegal, a lo sumo, en algunos casos, sobre todo en el pago de bonus, aplican un prorrateo del pago de Ganancias para diluir el impacto en el tiempo sobre el salario de bolsillo. Sólo en los casos en que cuando se produce el cálculo final de Ganancias y el empleado ve caer sustancialmente su remuneración e incluso puede llegar a ser negativa, las empresas cubren la diferencia.
Al tener las manos atadas entonces las empresas optan por explicar, asesorar y contener la embestida cada vez que emiten los recibos y llegan a manos de los empleados.
En cuanto a la demanda de personal, según un relevamiento de Hidalgo entre estas 70 empresas, el 60% mantendrá las dotaciones (a fin de 2013 eran el 53%), un 22% las aumentará (en 2013 era el 34%) y el restante 18% dijo que las reducirá (antes era el 13%).Durante un intercambio de políticas, estrategias y novedades entre este grupo de ejecutivos del área de personal, quedó en claro que este trimestre es clave no sólo por las paritarias sino también por el devenir de la política económica. A partir de marzo se juega el año, según estos directivos, en términos de qué pasará con las dotaciones, o sea. Cuál será el impacto sobre el empleo. Hubo consenso en señalar que si bien sectores como el automotor ya encaró suspensiones, aún las empresas no toman decisiones estructurales sobre su personal por temor a que en dos o tres meses el nivel de actividad se recupere. Es que, estos ejecutivos sostienen que 2015 no está lejos, por lo que los directorios de las compañías se preparan más para administrar la transición hasta dicho año.
Por el momento, el origen de las vacantes responde eminentemente a reemplazos de posiciones existentes. El año pasado fue un año discrecional en materia de generación de empleo genuino y nuevas vacantes, señala un informe de Hidalgo que vislumbra para este año una agudización de dicha tendencia.
/fuente: ámbito.com