A través de un comunicado, el Colegio de Graduados en Ciencias Económicas de Tucumán (CGCET), a través de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas (FACPCE), solicitó la urgente modificación en la escala de la alícuota progresiva del Impuesto a las Ganancias para autónomos. Piden que se establezcan «valores actualizados y razonables» para «terminar con las profundas desigualdades» que viven los trabajadores autónomos, ya que no fueron incluidos en las últimas modificaciones tributarias. Tal categoría es abarcada por prestadores de servicios, monotributistas, responsables inscriptos e incluye además a comerciantes que prestan servicios o venden bienes.
Desde la institución señalaron que «desde hace tiempo se vienen planteando tratamientos diferenciales en el Impuesto a las Ganancias entre el trabajo personal ejecutado en relación de dependencia y el ejercicio de la actividad independiente». Los trabajadores destacaron que el cuadro de obligación tributaria está dramáticamente desactualizado debido a la inflación. Tal y como expresa el comunicado, los trabajadores consideran “imprescindible que se modifique en forma urgente la escala de alícuotas progresivas del impuesto a las ganancias en valores actualizados y razonables, a modo de devolver al tributo sus características esenciales, tal como se aplica en el mundo occidental y que, a su vez, se respeten los principios constitucionales del derecho tributario”.
La alícuota actual se establece por ley, pudiendo ser modificada solo por esa vía. La modificación del Impuesto a las Ganancias es facultad del Congreso de la Nación, aunque eventualmente puede delegar esa facultad al poder ejecutivo. Según el contador público Jorge Alarcón, miembro de la subcomisión de Impuestos del CGCET, en vista de las últimas modificaciones en materia tributaria, realizadas bajo la gestión de Sergio Massa, “es inevitable no pensar que los trabajadores autónomos han quedado marginados de este beneficio”.
De acuerdo a las anteriores modificaciones, “se estima que 800.000 trabajadores dejarán de tributar el impuesto en el año 2024, quedando solo sujeto al pago 88.000, es decir, el 1% de la masa salarial formal, en ese sentido y con los datos en la mano, resulta ocioso no pensar que la medida tiene un carácter electoralista”, expresó el contador. Además, Alarcón explicó que un trabajador pagará el impuesto en 2023 solo si sus ingresos mensuales superan los $1.980.000; mientras que un trabajador que desarrolla igual tarea de manera independiente, tributará el gravamen bien supere los $170.000 por mes. “La afección al poder adquisitivo es brutal. Todo ello sumado a los niveles de inflación fenomenales que ostenta nuestro país, hacen un combo letal contra quien decide brindar un servicio de manera independiente”, manifestó.