23 SEP 2014 En estos tiempos vertiginosos, experimentamos a diario la sensación de que el día no nos alcanza para nada.
¿Alguna vez tuviste la sensación de que a tu día le faltan horas? ¿O de que te convertiste en un hombre o mujer orquesta que concluye su jornada “muerto”? Esto no es algo que les ocurra a determinadas personas. Nos pasa a casi todos. La explicación que da Raúl Aráoz, coach ontológico profesional y gestaltista, explica que vivimos en un mundo de presiones. “A veces tenemos necesidades que no son propias, y surgen juicios de apuro, de prisa, que a veces no son tales. Creo que vivimos en un mundo en el que se nos demanda todo el tiempo resultados, efectividad, logros personales, éxito profesional… el apuro surge de una prioridad que tiene un alto nivel de exigencia, que a veces nos quita calidad de vida y eficiencia”, remarca.
¿Cómo escapar de estas presiones y de estas exigencias? La propuesta de Aráoz es lo que el llama agenda consciente. Este tipo de planificación implica contemplar todas las áreas de la vida: familia, pareja, trabajo, proyectos, economía, finanzas, entretenimiento, salud física, emocional y espiritual y relaciones personales. “Pero, por sobre todo, una agenda consciente hace hincapié en las actividades que me gustan y que me hacen bien”, subraya el coach.
Cómo empezar
A la hora de elaborar la agenda consciente, tenés que atender a los hechos más importantes en la gestión del tiempo: las horas, los días, los meses, etcétera, y recordar que estos duran lo que no duran. No podés modificarlos; debés acomodar tu agenda a ellos.
Aráoz destaca que la agenda es una sumatoria de lo importante y lo urgente.
Lo urgente tiene un vencimiento pronto. Lo importante es aquello que no podés dejar de hacer y tiene que ver con tus prioridades. “Pero a las cosas importantes que no son urgentes hay que ponerles temporalidad. Aunque no tengan un plazo, es un compromiso con uno mismo”, advierte el profesional. “Puede pasar que en pos de resolver lo urgente (a veces incluso no siendo importante) dejo de lado lo verdaderamente importante. Por eso, si a lo importante (aquello que es vital que haga) le pongo un plazo, un vencimiento, lo voy a llevar a cabo tarde o temprano. Estoy motivado a llevarlo a cabo”, recomienda.
Multimirada
La cuestión es que si te exigís mentalmente a cumplir con todo más que a cumplir con conciencia, vulnerás tu cuerpo y te generás estrés. Aráoz ejemplifica: “puedo darle prioridad a mi trabajo, suponiendo que sea algo específico a terminar o a entregar; termino eso y luego hago foco en mi salud. Y a veces será al revés, y tendré que hacer foco primero en mi salud, y resolver algo, y luego atender las tareas de otras áreas. Todo dependerá de la conciencia de mi agenda según vayan fluyendo mis necesidades, mis prioridades y las necesidades, claro, de los otros”.
Desde este punto de vista, hay un claro “no” al multitask (hacer varias cosas al mismo tiempo). Aráoz propone que atiendas a una agenda con multimirada: están presentes tus necesidades, tus prioridades y los hechos.
La multimirada es escuchar, consensuar y ver también como dignos a las otras personas, estando de acuerdo o no. Aplicada a este tema, sería “poder pensar en un nuevo modelo de agenda, que vaya más allá de la que ya conocés, para hacer otra que te permita estar consciente de tus necesidades, de tus límites, de los hechos, que sea cuidadosa con vos y con los demás en las diferentes áreas de tu vida”, resalta Aráoz.
Excusas y resistencias
¿Y la falta de tiempo? “La interpretación que hago del tiempo cambian según sea lo que estoy haciendo. Si es algo placentero, 20 minutos quizás me parezcan un segundo, y si es algo estresante o aburrido, 20 minutos pueden sentirse como 20 años, así que tengo que estar atento a qué interpretación hago del tiempo”, responde Aráoz.
Por otra parte, afirma que a veces, “detrás de alguna excusa de falta de tiempo se esconde un temor, incluso el temor a tener logros”. También pueden aparecer resistencias a estar bien, aunque suene irónico, sostiene el coach, apoyándose en su experiencia en la profesión. En concreto, hay que profundizar en esas excusas, y están se relacionan con los juicios que se hacen sobre el tiempo.
En el coaching ontológico se dice que “la acción genera ser”. Sobre esta base, Aráoz propone incorporar el hábito de organizarte y de disciplinarte, y a través de acciones específicas empezar a ser una persona organizada. “Lo ideal es sostener ciertas acciones y hábitos nuevos en tu vida por un cierto tiempo (70 días aproximadamente) para consolidar la nueva conducta”, sugiere.
Del hacer al ser
“La conciencia de agenda tiene que ver con algo que no estaba registrado: es salir de la máquina del mundo del hacer para vivir en la esencia, en el ser”, añade.
“Por eso yo insisto en el registro permanente de mis necesidades, gustos, aversiones y un chequeo constante de las necesidades de los otros, sabiendo, reconociendo, los límites sanadores, a través de los cuales puedo y soy digno de decir que no cuando así lo registre y de decir que sí a aquellas cosas que me hacen y me sientan bien, que me dan plenitud y con las cuales puedo generar hermosos contextos para disfrutar yo y hacer disfrutar a mis seres queridos, compañeros de trabajo, etcétera. Este es el fin de una agenda consciente”, finaliza.
/fuente: lagaceta.org.ar