05 DIC 2014 El Gobierno decidió dar ayer una señal para demostrar que, pese al conflicto con los holdouts, podría acceder al mercado financiero en el último año de su mandato: anunció la recompra del Boden 2015, que vencía originalmente en octubre, y la emisión de un nuevo tramo del Bonar 2024, por un total de 6700 millones de dólares. Con esta estrategia, si tiene éxito, Economía apunta a quitarse de encima la presión de tener que negociar en enero con los fondos buitre.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, dio una conferencia de prensa en la que anunció tres opciones: el pago anticipado en efectivo del Boden 2015 con reservas del Banco Central, el cambio de ese título por el Bonar 2024 -creado para pagarle a Repsol por la confiscación de YPF- y una nueva emisión de este bono por un monto de hasta 3000 millones de dólares.
“La Argentina paga y tiene los recursos, siempre y cuando el bonista quiera cobrar”, sostuvo el ministro, que terminó de definir las medidas anteayer con Cristina Kirchner, antes de la partida de la Presidenta a Ecuador. De inmediato, fustigó a los holdouts: “Queremos cortar las acciones especulativas y las acciones de los fondos buitre que generan incertidumbre”.
Según el ministro, estos fondos “especulan que se pueda pagar o no, que la Argentina puede tomar deuda o no, y es parte de maniobras especulativas para sacar una diferencia, y eso se refleja en las operaciones mediáticas”.
De hecho, Economía mencionó en un comunicado que existen “diversas especulaciones absolutamente infundadas sobre la capacidad del país de honrar sus compromisos financieros”.
Curiosamente, el comunicado comienza diciendo que el Gobierno “tiene como uno de sus pilares fundamentales el desendeudamiento soberano”, pese a que en la misma gacetilla se anuncia una nueva emisión de deuda, posterior a las que ya se hicieron en pesos atadas al tipo de cambio en los últimos meses.
La cancelación anticipada y voluntaria “se realizará a través de la compra a un precio fijo de US$ 97 por cada valor nominal de US$ 100, en línea con el precio de mercado actual”.
La segunda opción es que los tenedores de Boden 2015 canjeen sus títulos por Boden 2024, a una relación fija de US$ 99,7 de valor nominal de Bonar 2024 por cada US$ 100 nominales de Boden 2015, “más una suma en efectivo, denominada en dólares estadounidenses, de US$ 1,53611 por cada US$ 100 de valor nominal de Boden 2015”.
La tercera alternativa es invertir en Boden 2024 a una tasa de 8,75% anual “mediante una licitación por hasta US$ 3000 millones”, según precisó Economía.
La cartera aclaró que “aquellos tenedores de Boden 2015 que voluntariamente decidan no participar de ninguna de las operaciones ofrecidas continuarán recibiendo los pagos previstos de intereses en abril y octubre de 2015, y en ese mes se procederá a la cancelación de todo el capital remanente que se encuentre en circulación”. Las operaciones se harán entre el miércoles y el viernes de la semana próxima (el 10 y el 12), a través de los bancos locales, y estará abierto a inversores locales y extranjeros.
Fuentes del Palacio de Hacienda explicaron a LA NACION que “la intención del anuncio es demostrar que no hay ningún apuro en negociar con los fondos buitre y que la decisión de bloquear los pagos de la deuda en Nueva York no nos va a condicionar la relación con los acreedores”.
En todo caso, cuando la negociación con los holdouts se reabra el mes próximo, cuando venza la cláusula RUFO, “la Argentina volverá a plantear que todo lo que tiene para ofrecer es lo que ofreció en los canjes” de 2005 y 2010, una alternativa que seguramente será rechazada por los fondos que ganaron el caso en forma definitiva en la justicia norteamericana en junio pasado.
VISIÓN POSITIVA
Para los analistas consultados por LA NACION, el anuncio tiene un matiz positivo, porque despeja cierta incertidumbre en torno al programa financiero del año próximo, aunque, a la vez, aleja la posibilidad de un arreglo con los holdouts, que posiblemente le quede como herencia al próximo gobierno.
Marina Dal Poggetto, directora del estudio Bein, sostuvo: “Finalmente se decidieron a abrir la cuenta capital para empezar a despejar el horizonte financiero del próximo año; el Bonar 24 rinde cerca de 9,5%, más del doble que lo que pagan los países vecinos, y es probable que la sola apertura del crédito acote algo este rendimiento. Cuanto mejor les vaya con la colocación y el canje del Boden 15, más margen de maniobra van a tener en la negociación con los holdouts, que seguramente va a arrancar en enero una vez que la cláusula RUFO no esté”.
El director de la consultora Analytica, Rodrigo Álvarez, dijo que “el Gobierno hace un canje camuflado del Boden 2015 para evitar la presión del vencimiento de 6000 millones de dólares en octubre próximo; esto refuerza nuestra expectativa de que el Gobierno se va a envalentonar y no va a acordar con los holdouts y de que el discurso Patria o Buitres se va a mantener”.
Más allá de esta operación financiera, según Álvarez, el panorama macroeconómico de 2015 no cambia demasiado con la decisión del Gobierno de salir a colocar deuda. “Estaba descontado por nosotros algún canje. Van a profundizar el atraso cambiario, para moderar la inflación. Es un modelo que apuesta a contener el frente financiero a costa de ahogar la actividad productiva”, expresó.
De todos modos, habrá que ver qué efectividad tienen los anuncios. El ex secretario de Finanzas, Daniel Marx, le puso paños fríos. “Es prematuro un canje; habría que hacerlo más cerca del vencimiento del bono”, opinó.
En el mismo sentido se expresó el ejecutivo de un fondo de inversión, que habló en off the record: “Esto funcionaría si los inversores tuvieran miedo de que el Boden 2015 no se fuera a pagar y operara en una paridad baja tipo 85 por cien, como en enero pasado”.
/fuente: lanacion.com.ar