08 ABR 2015 La entrevista es un momento fundamental del proceso de selección que determinará tu posterior contratación. En este artículo desde la Fundación PROEM, nos cuentan las estrategias para abordar esta instancia clave de la búsqueda de empleo.
Aunque las consignas pueden variar, hay algunas preguntas claves que suelen realizarse en la mayoría de los casos. Es importante que vayas preparado para responderlas, de manera tal que logres obtener buenos resultados.
Generalmente en una primera etapa de la entrevista el entrevistador suele realizar preguntas vinculadas con la información contenida en el currículum. Es necesario que conozcas muy bien los datos que incluiste en el mismo, ya que se indagará sobre tu formación académica, tus distintos empleos, las fechas en las que los realizaste y el motivo por el cual dejaste cada puesto. Se trata de las experiencias que viviste y, si no lográs hablar con precisión de ellas, el entrevistador puede dudar de su veracidad. En este punto también es importante que evites hablar mal de tus empleadores anteriores. Aportará mucho que cuentes hechos positivos y destaques tus logros y aprendizajes.
Después de repasar la información de tu currículum, el entrevistador hará preguntas vinculadas a tu personalidad. Una de las preguntas más comunes y desestabilizantes es que te pida que indiques tres fortalezas y tres debilidades que considerás que tenés, relacionadas a tu performance en el trabajo. También puede consultarte por tus logros, temores o fracasos. Sabiendo que se te preguntará esto, es aconsejable que pienses las respuestas antes de asistir a la entrevista. Esto evitará que te quedes sin respuesta y te permitirá prepararte para lograr dejar una impresión positiva. Para eso, es fundamental que tengas en mente todo el tiempo que la persona con la que vas a estar dialogando te está evaluando permanentemente, no se trata de una conversación con un amigo o una charla con un psicólogo. Por lo tanto, las respuestas deben ser sinceras pero estratégicas, con el objetivo de lograr convencer al entrevistador de que sos el mejor candidato para el puesto vacante.
Tanto las fortalezas como las debilidades que menciones deben estar relacionadas con lo laboral. Las respuestas forzadas que no se condicen con tu persona no serán creíbles: resaltá aquellas cosas en las que sos bueno y enunciá aquellas otras que podrías mejorar. Lo que digas será evaluado en relación al tipo de puesto de trabajo del que se trate. Por ejemplo, no sería bueno que menciones que sos desorganizado si la entrevista es para un trabajo administrativo que requiere de mucho orden y precisión.
Finalmente, se abrirá el espacio para que realices todas las preguntas que creas pertinente sobre el puesto vacante o sobre la empresa en cuestión. También podés preguntar como continuará el proceso de selección y si te notificarán sobre el avance o no de tu postulación en el mismo.
Cuidá también las palabras que uses y tu manera de expresarte. El lenguaje debe ser formal, pero sencillo y claro. Evitá parecer soberbio, tanto al hablar de tus experiencias laborales como de tu personalidad.
Es muy importante que no pierdas de vista que es una instancia en la cual tenés que “venderte” lo mejor posible, hablando siempre desde la verdad pues se suelen hacer preguntas y repreguntas, así que es fácil que se ponga en evidencia la mentira. Debés convencer al entrevistador que eres “la persona” ideal para ese puesto de trabajo, transmitiendo entusiasmo en el puesto y conocimientos suficientes del mismo.
Fuente: http://eco-nomicas.com.ar/