09-JUN-2014 Varios bancos y la AFIP alertaron sobre movimientos millonarios del vicepresidente y de su amigo y socio Núñez Carmona. El monto de las siete operaciones investigadas supera los $38 millones.
El vicepresidente Amado Boudou figura en los registros de la Unidad de Información Financiera (UIF), que debe investigar si una de las sociedades comerciales que controla junto a su amigo y socio José María Núñez Carmona lavó unos $7 millones.
Las sospechas se concentran en una de las dos únicas sociedades que Boudou reconoce como propias ante la Oficina Anticorrupción (OA),Inversiones Inmobiliarias Aspen. Pero en las actas de asamblea de esa sociedad consta que su grupo empresario es más amplio e incluye otras cinco firmas: dos agencias de publicidad (Action Media y WSM), una firma organizadora de eventos (Rock Argentina), otra dueña de un yate (Embarcaciones Argentinas) y, por último, Beaver Cheek. detalla este domingo el diario La Nación.
El HSBC emitió el reporte de operación sospechosa (ROS) a fines de 2012, meses después de que estallara el caso Ciccone. En el informe que remitió a la UIF, detalló que Boudou y Núñez Carmona jamás aportaron la documentación que los oficiales de cumplimiento antilavado del banco les solicitaron para verificar la legalidad de los movimientos por unos $7 millones en sus cuentas.
En su reporte a la UIF, detalla el matutino, el HSBC completó los pasos de rigor. Detalló todos los movimientos bancarios de Aspen, así como remitió el análisis preliminar que desarrollaron sus oficiales sobre el vicepresidente, su socio y un amigo de ambos, Juan Carlos López, “el Sordo”.
Sin embargo, el reporte del HSBC que incluyó a Boudou no es el único que apuntó a su entorno inmediato, y tampoco sobre la operatoria del caso Ciccone. Al menos otros seis ROS alertaron sobre posibles operaciones de lavado vinculadas a esta trama durante los últimos años por un monto global que supera los $38 millones. Y a eso se sumó un requerimiento de colaboración desde las autoridades antilavado de España.
Estos reportes llegaron a la UIF, que conduce José Sbattella, provenientes de los bancos Macro, Santander, Hipotecario y de la AFIP, según reconstruyó sobre la base de documentos oficiales, cuya copia obtuvo La Nación, que los verificó con fuentes oficiales y de sectores antilavado, bancarios y financieros.
Núñez Carmona protagoniza tres de esos reportes; el misterioso fondo controlante de la nueva Ciccone, The Old Fund, otros dos; y los restantes dos se concentraron en London Supply, la firma que depositó $1,8 millones ante la Justicia para levantar la quiebra de la imprenta, pero casi de inmediato retiró esos fondos por fuera del expediente.
El socio de Boudou quedó bajo la lupa antilavado cuando comenzó a mostrar un súbito crecimiento patrimonial en simultáneo con el arribo de Boudou a la función pública. Incluyó compra y venta de inmuebles y automóviles, dólares y títulos públicos, al tiempo que recurrió al primer blanqueo que lanzó el Gobierno en 2009 para blanquear 7.267.850 pesos, según verificó el matutino sobre la base de documentos de la AFIP.
Con el blanqueo de esos $7,2 millones, Núñez Carmona se convirtió en el contribuyente que más dinero exteriorizó en la zona de Mar del Plata, lo que provocó además presiones cruzadas dentro del organismo.
A partir de allí, relata La Nación, la AFIP inició su investigación sobre Núñez Carmona y su entorno, al tiempo que el Banco Hipotecario remitió a la UIF su ROS sobre el socio de Boudou. Alertó sobre que el 26 de agosto de 2009 depositó u$s500.000, en efectivo, para luego completar varias operaciones de cambio y de títulos públicos.
En su informe a la UIF -del 5 de julio de 2010-, el Hipotecario también aportó la declaración jurada que firmó Núñez Carmona, en la que sostuvo que no era una “persona políticamente expuesta”. Por entonces, su socio era ya ministro de Economía y cinco días antes había anunciado el lanzamiento de un canje de los bonos atados a la inflación.
Casi dos años después, los bancos Macro y Santander enviaron sus ROS, que resultan casi gemelos. Ambos apuntan contra el misterioso fondo controlante de la nueva Ciccone, The Old Fund; se remitieron seis semanas después de que estalló el escándalo. El primero se envió el 21 de marzo de 2012; el restante, el 22.
Ambos reportes, además, se enfocan en su único rostro visible, Alejandro Vandenbroele, y en sus movimientos millonarios. Según el Santander, el monto global bajo sospecha ascendió a los $9,3 millones de “origen desconocido”; en el Macro, un poco menos: $7,3 millones.
El amigo y socio de Vandenbroele que en teoría alquiló el departamento de Boudou, Fabián Carosso Donatiello, también protagonizó su alerta. Pero en su caso, proveniente de Madrid, donde reside desde hace años. La unidad antilavado española envió una “solicitud de información”, conocida más por sus siglas: SIR.
El requerimiento español se registró con el número 700.135 y se centró en la firma en la que ambos, Vandenbroele y Carosso Donatiello, figuraban como miembros del directorio: Agroibérica de Inversiones SA.
Desde el HSBC también apuntaron al caso Ciccone desde otro ángulo. Reportaron a la empresa London Supply cuando salió a la luz que esa firma había depositado $1,8 millones en un expediente judicial para ayudar al fondo The Old Fund levantar la quiebra de la ex Ciccone.
El informe se concentró en London Supply y algunos de sus accionistas y ejecutivos, como Eduardo Taratuty y Víctor Hugo Bonnet. Pero excluyó a otro de sus dueños, Miguel Castellano, amigo de Mar del Plata de Boudou y Núñez Carmona. Al declarar ante la Justicia, afirmó que aportó esos fondos -que recuperó por fuera del expediente en cuestión de días- porque se lo pidió Vandenbroele, un amigo del “surf”, concluye La Nación.
Fuente: IProfesional