Profesionales que ocupan altos cargos a menudo sienten que les falta motivación para ir a trabajar. En consecuencia, la energía disminuye y se transmite a los demás inconcientemente. A su vez sienten que el esfuerzo que hacen para mantener el buen clima de trabajo los tensiona.
Generalmente, por el puesto que ocupan, tienen una edad superior a los 40 años que es el momento en que comienzan a aparecer esas sensaciones que pueden dar como resultado una baja en el desempeño, sobre todo, cuando han llegado a puestos de responsabilidad y tienen a cargo un grupo de colaboradores.
En la búsqueda de soluciones hay una que suele ser positiva para modificar estos sentimientos y que, quienes la aplican, no sólo modifican hábitos de su vida sino que también van a trabajar con otro entusiasmo.
La mayoría de las veces, han dejado de lado algún hobby o algún interés que nada tiene que ver con su carrera. Danzas, teatro, un deporte al que se dedicaron – y se lucieron – en la adolescencia, música, carpintería o cualquier tema ajeno a sus trabajos actuales.
En estos años, colaborando con nuestros clientes en temas motivacionales fuimos descubriendo que impulsar esas actividades generan entusiasmo, mejoran el rendimiento y, lo que es muy importante, cambian actitudes relacionadas con el liderazgoporque se transmite a los colaboradores generando un clima de cooperación y relaciones más positivas.
Pero, hay algunos factores que hay que considerar especialmente:
1- Reconocer hasta qué punto ese hobby está relacionado con sus habilidades, dado que la frustración podría empeorar la actitud.
2- Proponerse, de antemano, encontrar un tiempo y un espacio definido que lo comprometa a la continuidad. Ser perseverante en los primeros tres meses. Luego, el hábito adquirido será parte de su vida.
3- Disfrutar, y no pretender que ese sea su ocupación más importante. La flexibilidad para reconocer que es un hobby y que no tiene que competir para lograr nada trascendente.
4- Compartir con algún amigo -o familiar- esta actividad, el horario y el lugar. Si bien esto no es excluyente, en muchos casos ayuda en esa primera etapa. Conozco un caso de alguien que le gusta reciclar o arreglar objetos antiguos o juguetes de sus hijos que disfruta de un espacio en su casa y puede estar solo, haciéndolo y disfrutándolo.
Los resultados suelen ser observados no solamente por sus compañeros de trabajo sino también por sus amigos y familia: relaja, diminuye la tensión y pone foco en temas diferentes a los cotidianos, laborales, cambian la conducta positivamente y mejora las relaciones sociales.
Nuestro cuerpo es capaz de producir hormonas. Tres son responsables del placer y la motivación: la dopamina – aliviar el estado de ánimo – la serotonina – y producir felicidad – la endorfina – .
Seguramente algún médico especializado podría decir que el aumento de ellas surge del placer por hacer lo que nos gusta y modifican nuestro humor favoreciendo las buenas relaciones interpersonales.
Será cuestión de aprovechar estos conceptos y decidir practicar aquel hobby que tanto nos gusta y alguna vez abandonamos.
Fuente: IProfesional