02-ENE-2014 En materia de RSE, el año sirvió para la consolidación de prácticas tanto dentro como fuera de las empresas. Pero, según la visión de los expertos, no hubo avances significativos. Las perspectivas para 2014. La Argentina, rezagada en la región.
Lento pero seguro, 2013 parece haber sido, según la opinión de los especialistas en la materia, un año más de consolidación que de amplio progreso para la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) en la Argentina.
Lejos aún de los parámetros internacionales -incluso de aquellos que se observan en países de la región como Chile o Colombia-, las compañías locales han profundizado sus estrategias de gestión sustentable y expandido accionares a sus distintas áreas internas, aunque resta trabajo por hacer en sus respectivas cadenas de suministro.
“La RSE decididamente está y se va a quedar, no es un tema de moda”, afirma Mirta Maglietta, gerente Senior de RSE de la consultora EY. “Se afianzó mucho más en todos los niveles: las organizaciones están tomando más en serio estos temas y hay un efecto contagio que hace que estos se estén extendiendo a todas las empresas”, especifica.
“En 2013, hubo más empresas de diverso tipo, rubro y tamaño comprometidas con la difusión de la RSE como cultura. Y, todavía más importante, la responsabilidad social trascendió el universo de las empresas y organizaciones sociales para empezar a convertirse en una cultura popular a partir de la educación”, describe a su vez la consultora en Comunicación Empresarial y Responsabilidad Social, Verónica Álvarez Puente.
Un proceso
Otra de las tendencias que se afianzó en los últimos 12 meses, en palabras de Luis Ulla, co-fundador y director ejecutivo del Instituto Argentino de RSE, es la profundización del trabajo de “rediseño estratégico de las políticas de Responsabilidad Social y Sustentabilidad (RS&S)” que muchas empresas líderes están haciendo.
Gabriel Berger, director del Centro de Innovación Social y del posgrado en Organizaciones sin Fines de Lucro de la Universidad de San Andrés, también resalta este aspecto como una de las tendencias dominantes de 2013. “Este año marcó la incorporación de la gestión sustentable y de la sustentabilidad como enfoques integrales de las empresas. Es decir, cada vez más organizaciones ven a la RSE y a la sustentabilidad como modelos de gestión transversales que cruzan a toda la empresa”, afirma.
Esto implica, ahonda el especialista, que se comenzaron a incorporar soportes, indicadores y procesos de revisión en los niveles altos de la empresa y, también, que se está comenzando a incluir en sus políticas de RSE a toda la cadena de valor y áreas funcionales que la integran.
Teniendo en cuenta este enfoque, Ulla espera que 2014 también sea “un escenario de crecimiento y expansión de una responsabilidad social mucho más ligada a la visión de gestión sustentable de los negocios, que deja atrás la mera filantropía desorganizada y, por tanto, puede significar una aportación cualitativa de enorme impacto social, cultural, ambiental y en la competitividad del conjunto nacional”.
El reporting como estándar
Este año que culmina estuvo definido también por los avances que se realizaron en los marcos de elaboración de reportes de sustentabilidad, con la presentación, en mayo último, de la Guía G4 –la cuarta generación de indicadores Global Reporting Initiative (GRI)– y, más recientemente, del Marco Internacional del Reporte Integrado del Consejo Internacional de Reporte Integrado (IIRC).
“Su importancia radica en las nuevas incorporaciones, ya que invita a trabajar en las temáticas de forma más transversal, involucrando más áreas y metiéndose un poco más en las estrategias del negocio”, explica Ana Muro, coordinadora del área de Responsabilidad Social y Negocios Inclusivos del Consejo Empresario Argentino para el Desarrollo Sostenible.
Estos indicadores, sostiene a su vez Álvarez Puente, “dan mucha relevancia a la gestión de la cadena de valor” a través de, por ejemplo, la selección de los proveedores bajo criterios de sustentabilidad, comercio justo, la inclusión de cláusulas ambientales y sociales que superen los requisitos legales, y la contratación de proveedores locales para promover economías regionales, entre otros.
“En la Argentina, esto avanza, pero más lentamente que en el mundo”, afirma Luis Piacenza, socio de Crowe Horwath a cargo del área de Sustentabilidad. Y explica: “Hoy, la gran presión de los mercados hace que las empresas tengan que aplicar técnicas sustentables y hacer reporting. Hay una gran homogeneización hacia estándares y guías que son globales. Creo que esa es la dirección en que vamos, aunque la velocidad en que cada uno avance hacia ella dependerá de los distintos actores”.
De este modo, 2014 traerá consigo la aparición de las primeras ediciones de reportes con lineamientos G4, lo que marcará un cambio en la forma en que las empresas divulgan su información de sustentabilidad. Por otra parte, señala Muro, este nuevo año les presentará también un fuerte que se relaciona con las mediciones que hacen de su impacto social, ya que “si bien actualmente se cuenta con algunos indicadores, es necesario hacer un salto cualitativo en este aspecto”.
En palabras de Ana Cacace, managing Director de CacaceBuzón Comunicaciones & RSE: “Cada vez más empresas están adoptando herramientas de medición de resultados, generalmente de carácter cuantitativo, pero ello solo no alcanza para medir la transformación generada a partir de los proyectos. Uno de los grandes desafíos para los próximos años es desarrollar esquemas que permitan analizar la eficiencia y eficacia de los programas y su capacidad transformadora”. Explica que “este tipo de evaluaciones serían de gran ayuda para poder escalar las intervenciones que han demostrado generar los mayores beneficios, así como orientar los presupuestos de inversión social de manera más eficiente”.
La transparencia, un medio
“El escenario actual muestra un avance de los marcos regulatorios de la RSE. En nuestro país, contamos con el ejemplo de la provincia de Mendoza, que está próxima a ser la primera provincia del país con una legislación sobre el tema”, sostiene Cacace.
En este sentido, enfatiza que “en el caso de los reportes de sustentabilidad, por ejemplo, la obligatoriedad por sí sola no garantiza la publicación de informes creíbles y transparentes. El reporte debe ser la consecuencia de una gestión responsable y es por ello que es fundamental generar herramientas de promoción e incentivos que alienten a las empresas a comprometerse con la responsabilidad social y a divulgar sus resultados y los desafíos pendientes”.
En este sentido, Marcelo Iezzi, coordinador del área de Desarrollo Sostenible en PwC Argentina, remarca que “cada vez hay más empresas que hacen públicos sus desafíos, lo cual es muy sano”, pero que existen también “crisis éticas severas en empresas con compromisos muy expresos con todo esto, tanto interno como externo”, como fue el caso de la manipulación de tasas de interés del sistema bancario mundial llevaba a cabo por ocho grandes bancos.
En cuanto a la presencia de la RSE en la agenda del sector privado, el especialista explica que allí “es incipiente y sin orientación a la guía y al estímulo, sino a la regulación”.
El ambiente como foco
Si bien el impacto ambiental es un tema que parece estar en boga actualmente, es poco lo que en realidad se avanzó respecto del efecto que poseen las grandes organizaciones sobre el cambio climático. Lo que es más, según la última edición de la encuesta anual Carbon Disclosure Project (CDP), 50 de las 500 empresas más grandes del mundo aumentaron sus emisiones de carbono desde 2009 a 2013 y los niveles totales de emisión en ese período no mostraron un cambio significativo habiendo aumentado 1.65%.
“Cabría destacar, por lo negativo, la pérdida de presencia y sensación de urgencia de la agenda de cambio climático tanto en el sector público como en el privado. El tema continuará siendo por mucho tiempo una de las principales preocupaciones que, como humanidad en su conjunto, deberíamos tener, pero que, lamentablemente, no recibe ni global ni localmente la atención que debería dársele”, afirma Iezzi, de PwC.
El mismo tiempo, enfatiza que “el sector privado que se encuentra activamente contribuyendo a la mitigación del cambio climático no logra movilizar al sector público y esto también sucede tanto a nivel nacional como internacional”.
Mariana Larumbe, presidente de Unidad Com Empresa & Comunidad, también apunta a la articulación tanto entre gobierno y empresas como entre empresas entre sí como mecanismo necesario para generar impacto y vehiculizar determinadas iniciativas. “Esto es algo que viene sucediendo hace algunos años, pero cambió su enfoque. Mientras, antes distintas empresas quizás colaboraban con una misma ONG, hoy estas trabajan juntas en un proyecto y en colaboración con un municipio. Es una tendencia de RSE que agrega valor al negocio”, señala.
Perspectivas 2014
De cara a 2014, los expertos coinciden en que se profundizará el trabajo en temas de sustentabilidad, y en su traducción a objetivos concretos y medibles. “Dada la tendencia del 2013, creo que será el año de constatar cómo las empresas se hacen cargo de sus impactos positivos y negativos, donde el trabajo sobre los aspectos relevantes Environmental, Social and Governance (ESG, Ambiente, Social y Gobernanza) será crítico, tanto desde su gestión como en aquello que se reporte. Cada vez, veremos que las empresas gestionan más temas ambientales como cambio climático, eficiencia energética, reciclaje y biodiversidad”, Finaliza Alberto Guajardo, jefe de Consultoría de CapacitaRSE.
/fuente: cronista.com