28-ENE-2014 Como “sabiduría popular” puede entenderse a un cúmulo de frases e ideas que se van formando de la “prueba y error” de los antepasados.
Tienen siempre que ver con el entorno afectivo y social cercano a la construcción y difusión de las mismas, y suele aportar enseñanzas de vida que pueden ser sumamente valiosas para aquellas personas que no tienen experiencia en el campo aludido.
En las finanzas personales, la sabiduría popular es menos difundida en parte porque la aplicación de sus conceptos puede variar mucho en función del contexto (modelo económico, sistema social, momento histórico, etcétera) de cada país o continente. Sumado a esto, el aura de tabú que suele sobrevolar a los temas relacionados con el dinero y cómo relacionarse con el mismo de manera eficiente y satisfactoria hace que exista realmente muy poco conocimiento del tema en el grueso de la sociedad.
Veremos a continuación una selección de frases recolectadas y su análisis que pueden ser de suma utilidad para aquellas personas preocupadas por el manejo de sus ahorros e inversiones en un entorno tan cambiante y desafiante como el nuestro.
LOS INGRESOS SE REGISTRAN CUANDO SE MATERIALIZAN Y LOS GASTOS CUANDO SE CONOCEN
Algunos conceptos de la teoría contable pueden resultar “chino básico” para la mayoría de las personas, y la “bajada” de los mismos a la economía doméstica volverse con ello muy complicado.
Sin embargo, existen algunos principios como el expuesto que son sencillos de entender y más aún de replicar.
Cuando se trata de ingresos, los mismos deben ser considerados como “potenciales” hasta tanto y en cuanto no se materialicen. Al mismo tiempo, los gastos deben tenerse en cuenta desde el momento que se conocen, previo a su materialización, tal cual lo hacen las empresas en sus balances.
Esto responde al principio de “worst case scenario” (en español “el peor escenario posible”), que reduce la posibilidad de encontrarse luego con sorpresas negativas que pongan en riesgo el presupuesto.
Siguiendo esta línea, los gastos en viajes al exterior deberían ser abonados con tarjeta de débito y no de crédito, dado que con la primera opción los gastos se debitan en el momento al tipo de cambio existente en aquel entonces, mientras que con la segunda (tarjeta de crédito) el tipo de cambio (y el impuesto por el pago en divisa extranjera, que presenta idas y vueltas importantes últimamente) se cierra en el momento de pagar el vencimiento de ese mes, quedando el usuario de la tarjeta preso de las volatilidades de mercado que pueden aumentar considerablemente lo gastado.
DINERO HEREDADO, DOBLEMENTE CUIDADO
Es muy común escuchar historias de personas que han malgastado o perdido toda su herencia al manejarla de manera irresponsable, quizá por la culpa de disfrutar o gastar bienes o dinero de una persona muy querida que ya no está.
En mi rol de asesor financiero, siempre advierto lo mismo a la gente que me consulta sobre dónde invertir el dinero proveniente de una herencia: los recaudos a tomar deben ser dobles, es decir, se deben buscar inversiones mucho más conservadoras que lo habitual, habida cuenta de la facilidad con la que muchos ponen en riesgo ese capital.
Quienes no tengan en cuenta este aprendizaje popular, correrán el riesgo de dilapidar rápidamente aquellos recursos que sus padres, tíos u otros familiares cercanos tardaron mucho tiempo y esfuerzo en generar.
ENTENDER EL CAPITALISMO ES MUY SIMPLE: SE TRATA DE QUIÉN LE DEBE A QUIÉN
En el sistema capitalista, los recursos suelen ser escasos, y el éxito reside en la correcta administración y asignación de los mismos.
Muchos piensan, equivocadamente, que pueden hacer buenos negocios bajo el sistema de “pedirle prestado a Juan para pagarle a Pedro”, pero la realidad marca que lo que te acercará o alejará de la tan ansiada independencia o tranquilidad financiera es cuánto debés o cuánto te deben, por más simple que parezca.
Por ejemplo, cuando un inversor deposita dinero en un plazo fijo, el banco le debe a él el monto depositado más los intereses. Lo mismo sucede ante la compra de bonos en la Bolsa (la empresa emisora de los bonos le debe al inversor el capital, llamado principal, más los intereses), compra de cheques de pago diferido (el emisor del cheque le debe al inversor), compra de cuota partes en fideicomisos de consumo y demás operaciones vinculadas.
Al pedir un préstamo (prendario, personal o de consumo), pagar el mínimo en el resumen de la tarjeta de crédito o comprar en cuotas, el individuo pasa a estar dentro del pelotón de los deudores, lo cual claramente lo aleja de sus metas financieras (en caso de tenerlas).
Por ello, antes de realizar cualquier tipo de operación financiera hay que preguntarse: ¿Alguien me va a pasar a deber a mí o yo voy ser deudor de un tercero con esto que estoy por hacer?
Esa simple auto pregunta previa puede cambiar nuestra realidad financiera.
PÁGUESE A USTED PRIMERO
Esta enseñanza consiste en separar una parte de los ingresos y destinarlas al ahorro e inversión antes de realizar cualquier otro pago, sin importar la urgencia que las erogaciones pueden llegar a representar en ese momento.
Se debe cumplir con el “páguese a usted primero” que no quiere decir “darse los gustos personales primero”, que es una popular y muy mala interpretación de esta frase. La prioridad en el “auto-pago” está centrada en cumplir con el ahorro antes de pagar cualquier servicio, impuesto o deuda.
El porcentaje a separar puede variar, siendo el 10% del total percibido un monto apropiado para comenzar.
El pagarse a uno mismo primero requiere de la disciplina necesaria para ahorrar y además, en caso de que el dinero no nos sea suficiente para realizar los demás pagos, obliga a esforzarnos por idear nuevas formas de conseguir más dinero.
CONCLUSIÓN
A no confundir: nadie dice que la “sabiduría popular” sea fácil de aplicar en los distintos ámbitos, y menos aún en las finanzas personales.
Tomar estos consejos (muchos de los cuales son casi tan antiguos como el capitalismo mismo) y transformarlos en hábitos puede abrir las puertas de la independencia financiera y determinar nuestra relación con el dinero.
Muchos, una gran mayoría, harán tibios intentos y abandonarán al poco tiempo de empezar. Pero aquellos que perseveren en la aplicación de estos principios seguramente encontrarán su recompensa en una mayor tranquilidad económica y una mayor serenidad y lucidez financiera en los difíciles tiempos por venir.
Fuente: lanacion.com.