15 Jun 2015. Por primera vez en meses los supermercados cerraron una semana sin recibir una nueva lista de precios de parte de sus proveedores, que parecen haberse tomado un respiro para aumentar los precios.
Si bien en el sector reconocen que la ausencia de aumentos autorizados por la Secretaría de Comercio no asegura que no haya subas en las góndolas debido a la dinámica comercial de los supermercados y la política de descuentos y promociones que entran y salen constantemente, también destacan que la inflación en los productos de la canasta básica viene mucho más tranquila que hace unos meses, coincidiendo con la estabilidad en el mercado cambiario.
“En la última semana no tuvimos ningún aumento autorizado y en la anterior sólo había habido dos, y en ningún caso las subas superaban el 5 por ciento. Esta todo más tranquilo, aunque la verdad es que la demanda tampoco da a lugar para que haya muchos aumentos”, admitió a LA NACION el último viernes el director de una cadena líder de supermercados.
“El ritmo de nuevos aumentos bajó mucho, pero la gran duda es hasta cuándo aguanta. Hay que ver qué pasa cuando aparezcan los nuevos sueldos negociados en las paritarias y se recaliente la demanda, y no hay que perder de vista lo que puede pasar con el dólar”, explicaron en otra cadena del interior de país.
“En las últimas semanas casi no tuvimos novedades de aumentos”, confirmó Yolanda Durán, presidenta de Cedeapsa, la cámara que reúne a los autoservicios chinos.
La sensación de que la inflación en los supermercados viene más tranquila es confirmada por mediciones privadas como la que realiza la consultora FIEL.
En mayo la canasta básica de alimentos y bebidas que utiliza FIEL para medir los niveles de indigencia tuvo un incremento del 0,2%, en lo que constituye la menor suba mensual desde diciembre de 2012, mientras que la canasta básica total -que se utiliza para medir la pobreza- tuvo un aumento del 1%. Para encontrar un alza inferior hay que retrotraerse hasta agosto de 2013, cuando hubo un aumento del 0,8 por ciento.
“En el freno de mayo influyeron factores estacionales y las bajas que se registraron en algunos productos frescos como la papa, o en elaborados como la harina”, explicó Nuria Susmel, economista de FIEL.
En la consultora igual advierten que la desaceleración en el ritmo de los aumentos difícilmente se pueda sostener en el mediano plazo. “No creo que se trate de un proceso generalizado sino de algo más puntual, que se puede repetir en algún otro mes, pero en términos anuales proyectamos una inflación del 30% y con los alimentos moviéndose en la misma franja”, señaló Susmel.
Por su parte, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires también dio a conocer su índice de inflación de mayo, en el que los alimentos tuvieron una evolución por debajo al del costo de vida, y en los últimos doce meses acumularon un alza del 23,7%, es decir, tres puntos menos que la inflación.
En el sector igualmente reconocen que esta tranquilidad podría acabarse cuando en las próximas semanas se retomen las negociaciones por la variación de los Precios Cuidados. “El acuerdo actual vence en los primeros días de julio, y si bien sabemos que no va a haber margen para grandes subas hay productos en los que venimos muy retrasados y por lo tanto vamos a pedir aumentos”, explicaron en un supermercado/ lanacion.com.ar