02 DIC 2014 Desde que empezó a funcionar el dólar ahorro, a fines de enero pasado, 4 millones de personas destinaron $ 21.448 millones para adquirir moneda extranjera. El objetivo de Adelmo Gabbi, presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, es que, de ahora en más, gran parte de este dinero se pueda ahorrar en metros cuadrados, bajo el formato de un título a 120 meses que sea ajustado de acuerdo al índice de la Cámara Argentina de la Construcción.
La idea es que lo emitan los bancos, entidades financieras, desarrolladores inmobiliarios y fondos comunes de inversión dedicados al real estate que quieran participar. Para hacerlo más sencillo y de menor valor nominal, quieren que alguien pueda ahorrar desde $ 1000, que equivaldrá a un decímetro de metro cuadrado.
“Sería una forma mediante la cual mucha gente podrá ahorrar en dólares para su vivienda. Cuando el individuo tiene una determinada cantidad de metros cuadrados, la entidad que emitió el título le concederá un préstamo hipotecario”, detalla Gabbi, quien presentó la iniciativa en la convención de la Cámara de la Construcción, en un panel que compartió junto a Diego Bossio, titular del ANSeS, quien dijo cuando le tocó exponer que la iniciativa le parecía interesante. Por ejemplo, si la persona tiene una capacidad de ahorro mensual de $ 10.000, en 30 meses podrá adquirir 30 metros cuadrados y podrá pedir un préstamo a la entidad que emitió el título por otros 30 metros. Si alguien quiere dejar de invertir, podrá vender el título en el mercado secundario, ya que va a cotizar en Bolsa, por la cual la oferta y la demanda serán quienes le pongan el precio.
Desde la BCBA apuntan a reactivar la industria de la construcción, que es considerada la madre de todas las industrias. De hecho, las cédulas hipotecarias cotizan en Bolsa desde 1875 y durante muchos años financiaron el 90% de la actividad inmobiliaria argentina. José Rozados, director de Reporte Inmobiliario, ve con buenos ojos este proyecto, que sería una forma de aplicar la unidad de fomento chilena, reajustable de acuerdo con la inflación: “Es una buena forma de captar el ahorro privado, al reconocerle una actualización en línea con las actualizaciones de precios y costos del sector. De esta forma, el tenedor de estos bonos mantendrá constante su poder de compra. Por otra parte, ayudaría a paliar el déficit habitacional, para que la inversión no sea canalizada sólo a través de los recursos de los jubilados de la Anses”.
“No hay nada de eso”, fue la respuesta formal del Ministerio de Economía, cuando este diario le preguntó si iban a convalidar iniciativas de este tipo, aunque El Cronista pudo saber que la propuesta está siendo evaluada. “El Gobierno no va a querer que haya indexación y menos con el índice de la CAC”, dice un allegado al Palacio de Hacienda. Pero lo cierto es que algún tipo de ajuste de precios tiene que haber para que sea atractivo.
El Gobierno se beneficiaría al recaudar más en concepto de IVA y de Ganancias, y también por la dinamización del sector, que tomará más mano de obra.
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