13-FEB-2014 La conclusión se desprende de un informe que mide la iniciativa emprendedora en todo el mundo. A nivel local, la Argentina mostró desmejora en las condiciones generales para hacerlo.
Los emprendedores se encuentran entre las personas más felices del mundo cuando se trata de considerar bienestar y satisfacción en las condiciones de trabajo. El dato surge del Informe Mundial Global Entrepreneurship Monitor 2013 (GEM) recientemente presentado, una encuesta anual que mide la iniciativa emprendedora de todo el mundo.
Según datos del estudio, los emprendedores de todo el mundo exhibieron calificaciones más altas en cuanto al bienestar que los individuos que no están involucrados en actividades emprendedoras, lo que posiciona al emprendimiento entre las “mejores opciones profesionales”.
Midiendo el bienestar
De esta 15ª edición del Informe GEM, que abordó como temática especial el “emprendimiento y bienestar”, también se extrajo que las mujeres emprendedoras de las economías impulsadas por la innovación –entre las que se ubica la Argentina – muestran un mayor grado de satisfacción que sus homólogos masculinos.
Además, los “emprendedores por oportunidad” de todas las regiones del mundo manifiestaron un mayor sentido de bienestar que las personas que no están involucradas en la gestión de un negocio propio y éstas, a su vez, que los emprendedores por necesidad.
El bienestar se relaciona con la manera en que las personas experimentan la calidad de sus propias vidas. Para medir este indicador, el GEM empleó la “Escala de Satisfacción con la Vida” (SWLS, por sus siglas en inglés), un instrumento de cinco ítems que mide el juicio cognitivo global de satisfacción con la propia vida de cada individuo con preguntas tales como: “Si pudiera vivir nuevamente mi vida, no cambiaría nada”, que debieron ser valoradas en una escala de 1 a 5. Esta visión fue también corroborada por preguntas a expertos.
Según José Ernesto Amorós, uno de los autores del informe, “la idea es contribuir a una mejor comprensión de los aspectos que influyen en la percepción sobre el bienestar y la forma en que, en consecuencia, da forma a los indicadores de la iniciativa emprendedora. Esta evaluación inicial abre posibilidades para explorar el papel de las mujeres y hombres emprendedores más allá de la noción tradicional de desarrollo, generalmente asociados con los indicadores económicos”.
El caso argentino
Particularmente en el país, según surge de los resultados del capítulo local del GEM (que elabora el IAE Business School de la Universidad Austral), la percepción de oportunidades para emprender nuevos negocios está en caída. Sin embargo, cada vez más personas se ven obligadas a empezar una actividad por necesidad en busca de un ingreso complementario.
“Los resultados en la Argentina basados en la investigación realizada en 2013 muestran que la percepción de la población respecto de la existencia de oportunidades de negocio en el país es del 40,9%, es decir, representa el menor porcentaje entre los países de la región”, detalló Silvia Torres Carbonell, directora del centro de Entrepreneurship del IAE.
Chile (68,4%) resultó primero en oportunidades, seguido por Colombia (67,7%) y Perú (61%). También lejos de la Argentina, se ubicaron Guatemala, Panamá y Trinidad y Tobago.
Ello pese a que la percepción de capacidades en el país supera a la media del vecindario. Y a pesar de contar con otra ventaja que muchos destacan como una de las grandes virtudes locales: el miedo al fracaso en la Argentina entre aquellos que perciben que existen oportunidades para emprender, es de los más bajos entre los 13 países ponderados de América latina y el Caribe.
Existe otro indicador relacionado con el oscurecimiento de la percepción de oportunidades que apunta a la baja. La evolución de la Tasa de Actividad Emprendedora (TEA) en etapa temprana –empresas nacientes de hasta tres meses, y empresas nuevas de tres meses a tres años y medio – marcó en 2013 un descenso respecto del año anterior.
Desde 2011, la TEA cayó de 21% a 15,9 % sobre la población general, lo que puede considerarse un nivel todavía alto en relación con los porcentajes alcanzados desde 2001. La tasa de negocios establecidos se ubicó en el 9,6 por ciento.
“Lo que ocurre, explica Torres Carbonell, es que hay un cambio en la motivación de esos emprendimientos. Además de la cantidad de personas que emprenden – apunta – hay que tener en cuenta la calidad y el impacto de las empresas creadas”.
Para determinarlo, el GEM analiza las motivaciones de los emprendedores y los divide por oportunidad o necesidad, y sus aspiraciones en cuanto a empleo e innovación.
En la Argentina, la tasa de emprendimientos por necesidad representa el 30% de la TEA. “Desde 2012 –analiza la especialista – estamos asistiendo nuevamente al comienzo de un ciclo negativo donde la TEA vuelve a subir producto de la necesidad, del proceso inflacionario, que trae como consecuencia que mucha gente necesite completar sus ingresos con una actividad independiente, sumado a un marco de inestabilidad económica y política”.
Fuente: IProfesional.