22 DIC 2014 Por estas horas, la industria automotriz está viviendo un escenario dominado por la “ciclotimia”: por un lado, el Gobierno anunció que les aplicará una millonaria multa por supuestas prácticas anticompetitivas.
Como contrapartida, en las próximas horas, el Ejecutivo anunciará importantes cambios en el “impuestazo”, uno de los principales reclamos que venían haciendo las terminales, debido al fuerte impacto que había ocasionado en los niveles de patentamientos.
Respecto a este último punto, la administración kirchnerista decidió subir el piso en un 25% a partir del cual los vehículos comercializados en el mercado interno son alcanzados por este tributo con su consecuente encarecimiento en sus valores de mercado.
Así las cosas, mientras que hasta ahora venían siendo castigados con la alícuota del 30% todos aquellos que salen de fábrica por encima de los $170.000, con la modificación que anunciará el Gobierno dicho tributo comenzará a correr cuando la unidad supere los $212.500 (de fábrica).
En tanto, la alícuota más elevada -la del 50%, que actualmente afecta a los de más de $210.000-,pasará a alcanzar a las unidades que de línea de producción superen los $262.600.
Esta medida que anunciará la administración kirchnerista es clave, dado que el tributo, lejos de impactar sólo a los vehículos premium, terminó afectando a las versiones de modelos producidos localmente, como el Ford Focus, Renault Fluence, Citroën C4 o Peugeot 408.
Se espera que, con la adecuación de la normativa, dichas versiones de fabricación nacionalqueden exentas de ese impuesto.
El problema fue que la inflación fue acercando cada vez a más vehículos al límite de “precio de fábrica” de $170.000, a partir del cual comienza a tributarse la primera alícuota.
De acuerdo con un relevamiento realizado por iProfesional, de la totalidad de marcas que producen en el país y son consideradas masivas, una gran cantidad de variedades que ofrecen (ya sean de fabricación nacional o importada) o bien ya fueron alcanzadas por el impuestazo o ya estaban “al límite” de caer bajo el impacto del tributo.
Esto obligó a muchas terminales directamente a tener que discontinuar los modelos más carosen el mercado interno y destinarlos sólo a la exportación o a privilegiar la comercialización de versiones menos equipadas.
/fuente: iprofesional.com