10-OCT-2013 El Vaticano aprobó una ley para hacer sus finanzas públicas totalmente transparentes, con lo que respondió a las demandas de cambio de la comunidad internacional tras décadas de escándalos.
El Papa Francisco, cuyos planes de reformas han sacudido a la Iglesia desde su elección en marzo, ha hecho de limpiar la reputación financiera del Vaticano una de las principales metas de su pontificado.
La Santa Sede dijo que la ley sobre transparencia financiera y prevención de lavado de dinero abarcará al banco de la ciudad-estado y a todos los demás departamentos que manejen dinero.
La norma contiene artículos sobre supervisión interna y cooperación con otros países y agencias del orden.
“Con esta ley, creo que estamos adhiriéndonos en un 99 por ciento a los estándares en esta área. Lo que resta son detalles”, dijo el portavoz del Vaticano, el sacerdote Federico Lombardi.
Un reporte de Moneyval, el comité del Consejo Europeo contra el lavado de dinero, dijo el año pasado que si bien la Santa Sede había tomado medidas para mejorar los estándares, se necesitaba hacer más.
El comité, que realizó la revisión a pedido del Vaticano, debe llevar a cabo otro análisis más adelante en el año.
El arzobispo Dominique Mamberti, el ministro de Relaciones Exteriores del Vaticano, dijo que la nueva ley acerca a la Santa Sede a cumplir con las recomendaciones de Moneyval y los estándares internacionales.
Francisco, quien nombró una comisión para asesorarlo sobre cómo reformar el banco y aprobó la nueva ley, no descartó cerrar la institución si es necesario.
El banco es aún investigado por magistrados italianos por sospechas de lavado de dinero, un hecho que la institución niega. Un prelado del Vaticano que fue arrestado en junio enfrentará un juicio en diciembre bajo cargos de contrabando de dinero.
La nueva ley incorpora y expande medidas que el Vaticano ha tomado en los últimos dos años para cumplir con los estándares internacionales contra el lavado de dinero, la evasión fiscal y el financiamiento del terrorismo.
La norma le da mayores poderes de supervisión y regulación a la Autoridad de Información Financiera (AIF, por su siglas en inglés) del Vaticano, para monitorear las actividades de su banco y otros departamentos de la Santa Sede relacionados con actividades financieras.
El banco del Vaticano, cuya misión es manejar el dinero de la Santa Sede y las órdenes de sacerdotes y monjas alrededor del mundo, publicó la semana pasada su primer reporte anual en sus 125 años de historia.
/ Fuente: ambitoweb