Primero fue el acuerdo por el precio de los alimentos, a través del programa “Precios Justos“. Fue una iniciativa marcada por la urgencia de la ola de remarcaciones de los productos de la canasta básica. Siguió el pacto con las petroleras para ponerle un tope del 3% mensual al ajuste en los surtidores. Luego, continuaron otros.
Sergio Massa pretende darle un perfil de hiperactividad a su trabajo en el Ministerio. Algunos recuerdan que no se veía algo así desde el primer paso de Domingo Cavallo por el Palacio de Hacienda, hace ya 30 años.
El ministro encontró en los acuerdos con el sector empresario la única manera de lograr una desaceleración de la inflación.
La incógnita, en todo caso, es si podrá cumplir con la promesa que les hace a los ejecutivos: la entrega de dólares a precio oficial para que puedan importar los insumos para fabricar. El compromiso lo tomó con distintos rubros: desde los combustibles a los medicamentos y hasta los importadores de bananas.
La apuesta, claramente, es lograr que el proceso inflacionario pierda fuerza; que se pinche. Massa cree que el primer paso concreto acaba de suceder, con el dato de noviembre, que mostró un IPC del 4,9%, por debajo del 6,3% de octubre pero -sobre todo- bien por detrás de la expectativa generalizada.
“Estos acuerdos nos permiten continuar reduciendo la inflación paulatinamente hace 4 meses, bajándola del 7,4% recibida en julio a 4,9%. Un número alentador, pero que no nos conforma y nos obliga a seguir trabajando para llevar alivio a las y los argentinos”, tuiteó anoche el ministro.
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Precios: los acuerdos que están y los que vendrán
Esta misma semana, Economía rubricó un acuerdo con los fabricantes de insumos difundidos. También, bajo el compromiso de contar con divisas para importar, los productores de plásticos, vidrio, químicos, aluminio y envases, entre otros, prometieron poner un límite a la suba de los precios.
Estos fabricantes, proveedores claves de la industria del consumo masivo, firmaron que, como mucho, aumentarán sus productos un 3,9% mensual de acá a marzo próximo.
También se firmó un pacto con los principales productores de calzados deportivos. Con esas empresas se firmó una disminución del 15% en los precios en las marcas y modelos de mayor rotación en el mercado.
Hasta abril del año que viene habrá un sendero de aumentos de hasta el 3% mensual. Se trata de uno de los rubros más calientes en materia inflacionaria. Uno de los motivos, justamente, es la falta de dólares para producir. Massa, ahora, se los prometió a precio oficial.
Lo mismo se firmó con las empresas que ensamblan equipos de telefonía celular. Un total de 72 equipos -con un precio máximo de $250.000- mantendrán esos valores los próximos meses.
A su vez, los consumidores podrán comprarlos en hasta 10 cuotas, a un costo financiero total del 90%, similar a la inflación vigente.
¿Remedio para la inflación?
Ayer, jueves, a la tarde, Economía cerró trato con los laboratorios medicinales. Si se cumple, el precio de los medicamentos sólo podrá aumentar hasta un 3,8% mensual, teniendo en cuenta el último precio sugerido de venta al público del mes de noviembre de 2022.
A su vez, habrá una cláusula gatillo por la cual, en caso de que la inflación supere el 5%, al mes siguiente las empresas podrán aplicar un aumento hasta un punto por debajo de la medición del INDEC.
Massa aprovechó la difusión de la inflación de noviembre para reforzar su idea para el verano: “El dato de inflación nos tranquiliza porque venimos recorriendo un sendero de reducción de la inflación. Asumimos hace cuatro meses con 7,5 puntos y venimos paulatinamente logrando bajar la inflación. No nos conforma, tenemos que seguir bajando la inflación y eso requiere cumplir las metas del orden fiscal, la acumulación de reservas”, dijo durante el acto de firma con los laboratorios.
El titular de Hacienda está convencido de que la desaceleración inflacionaria necesita un impulso ahora, a través de los acuerdos con los distintos sectores. Pero que esa tendencia recién se consolidará si cumple con las metas establecidas en el acuerdo con el FMI.
Respecto de las reservas del Banco Central, Massa dijo que a fin de año -dentro de un par de semanas- tendrá u$s7.000 millones de libre disponibilidad. Para sumar dólares, el ministro busca distintos acuerdos. Algunos ya los logró: con China para una activación de u$s5.000 millones (que ayer Massa reconfirmó) y el “dólar soja 2“, que le viene aportando al BCRA durante todo este mes.
En forma simultánea, se estaría negociando un aporte extraordinario de DEGs de parte de Brasil, que el año pasado recibió u$s8.500 millones por la capitalización del FMI. Argentina, también el año pasado, utilizó los u$s4.300 millones que recibió para pagar un vencimiento con el organismo cuando todavía no tenía el acuerdo firmado.
Los próximos 100 días de Sergio Massa
Massa está convencido de que la acumulación de reservas es clave en la desaceleración inflacionaria. Y que esa dinámica, a su vez, será clave para sostener la actividad económica y mejorar el humor de los consumidores, castigados por un año muy duro.
Supongamos que el ministro logra su objetivo. Que en los próximos 100 días cumple. ¿Alcanza para cambiar el rumbo?
Visto en perspectiva desde este momento pareciera que no. Al proceso le falta ganar confianza. Es cierto que por algo se empieza, y siempre es así. El tema es que la Argentina se encuentra a pocas semanas del comienzo de la campaña electoral, donde se jugará quién será el Presidente de los siguientes cuatro años.
Así como los inversores demostraron esta misma semana que no están dispuestos a financiar al Estado más allá del verano, por ahora esa sensación es compartida por el resto del empresariado y de los agentes económicos, en general.
Falta mucho camino para pensar en una recuperación de la confianza. Aunque los más optimistas pueden apoyarse en lo que dijo el ministro de Economía: hace 120 días, el escenario era de una inminente explosión. El estallido que no fue.